NFT tickets: Qué son, cómo se usan y por qué muchos son estafas

Los NFT tickets, entradas digitales únicas almacenadas en blockchain que prueban propiedad y acceso a eventos. También conocidas como entradas tokenizadas, son supuestamente la forma más segura y transparente de entrar a conciertos, deportes o conferencias sin falsificaciones. Pero la realidad es que solo unos pocos funcionan como se dice. La mayoría son solo imágenes PNG con un número de serie en Ethereum o Polygon, y si el evento se cancela, tu NFT se convierte en un recuerdo digital sin valor.

Lo que muchos no entienden es que un NFT ticket no es solo un archivo. Tokenización de entradas, el proceso de convertir un derecho de acceso en un activo digital verificable en una cadena de bloques requiere integración real con sistemas de validación, no solo un contrato inteligente que muestre tu dirección. Si el organizador no tiene una app o lector QR que reconozca el NFT, no sirve. Y si el evento usa una plataforma centralizada como Eventbrite o Ticketmaster, ¿para qué necesitas un NFT? Solo pagas más por menos. Además, hay fraudes NFT, estafas que venden entradas falsas o inexistentes como si fueran NFT auténticos que imitan proyectos reales. Te mandan un enlace a una página que parece oficial, te piden que conectes tu billetera, y en cuanto lo haces, te vacían la cuenta. No hay "mint" real, no hay contrato verificable, solo un truco rápido.

Los pocos NFT tickets que sí funcionan —como los de algunos festivales de música en Europa o eventos de deportes electrónicos— usan cadenas como Polygon por su bajo costo y verifican el acceso con apps propias. Pero incluso ahí, si el organizador desaparece, tu NFT se vuelve un trozo de código inútil. No confíes en el hype. Revisa si el evento tiene sitio web real, equipo identificable, y si el NFT se puede validar antes de comprar. No es magia. Es tecnología, y como toda tecnología, puede ser buena o mal usada. Abajo encontrarás análisis reales de proyectos que prometieron revolucionar las entradas, y lo que realmente pasó con ellos. Algunos fueron estafas. Otros, simplemente mal diseñados. Ninguno fue la solución mágica que vendían.