La blockchain pública, una red descentralizada donde cualquier persona puede ver, verificar y participar en las transacciones sin necesidad de un intermediario. También conocida como cadena de bloques abierta, es el motor detrás de Bitcoin, Ethereum y la mayoría de las criptomonedas que usas hoy. A diferencia de las blockchains privadas, que solo permiten acceso a ciertos usuarios, la pública es abierta, transparente y resistente a la censura. Si alguien envía 1 ETH de A a B, cualquiera puede verificarlo en tiempo real, sin pedir permiso. Eso no es magia: es código, consenso y criptografía trabajando juntos.
Lo que hace única a la blockchain pública, una red descentralizada donde cualquier persona puede ver, verificar y participar en las transacciones sin necesidad de un intermediario. También conocida como cadena de bloques abierta, es el motor detrás de Bitcoin, Ethereum y la mayoría de las criptomonedas que usas hoy. es su descentralización, la distribución del control entre miles de nodos independientes en todo el mundo. Nadie posee esta red. No hay un CEO, no hay un servidor central que puedan cerrar. Eso la hace casi imposible de atacar o manipular. Pero también tiene un costo: la transparencia, la capacidad de ver todas las transacciones pasadas en tiempo real significa que tu historial de operaciones es público. No es anónimo, es pseudónimo. Si conoces tu dirección, puedes ver todo lo que has comprado, vendido o intercambiado. Muchos proyectos, como blockchain pública, usan esto a su favor: los certificados profesionales, los airdrops y hasta los NFT tickets se validan en redes abiertas porque nadie puede falsificarlos.
¿Por qué esto importa? Porque si confías en una criptomoneda, estás confiando en su blockchain. Si no entiendes cómo funciona la red, no puedes evaluar su seguridad. Monero, por ejemplo, usa una blockchain pública con enfoque en privacidad, mientras que Ethereum permite contratos inteligentes. En ambos casos, la base es la misma: una red abierta donde todos juegan con las mismas reglas. Y eso es lo que hace posible que alguien en México pueda participar en un airdrop de Cosmos, o que un estudiante en Chile pueda comprar una parcela virtual en Ertha sin pedirle permiso a un banco.
Lo que encontrarás aquí son guías reales sobre cómo funcionan proyectos que dependen de esta tecnología. Desde cómo se distribuyen los tokens con vesting hasta cómo se evita el fraude con NFT tickets, todo está construido sobre una blockchain pública. No hay teorías vacías. Solo casos reales, errores comunes y lo que realmente funciona hoy en día.
Compara blockchain pública y privada: acceso, velocidad, seguridad, costos y usos reales. Entiende cuál conviene según tu necesidad, ya sea para empresas o criptomonedas.
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